No creo en Dios porque nunca lo vi.
Si Él quisiera que yo creyera en Él,
Sin duda que vendría a hablar conmigo
Y entraría adentro por mi puerta
Diciéndome, ¡Aquí estoy!
(Esto es tal vez ridículo a los oídos
De quien, por no saber lo que es mirar las cosas,
No comprende a quien habla de ellas
Con el modo de hablar que reparar en ellas enseña)
Pero si Dios es las flores y los árboles
Y los montes y sol y el rayo de luna.
Entonces creo en Él,
Entonces creo en Él a toda hora,
Y mi vida toda es una oración y una misa,
Y una comunión con los ojos y por los oídos.
Pero si Dios es los árboles y las flores
Y los montes y el rayo de luna y el sol,
¿Para qué le llamo Dios?
Le llamo flores y árboles y montes y sol y rayo de luna;
Porque si Él se hizo, para que yo lo vea,
Sol y rayo de luna y flores y árboles y montes,
Si Él se me aparece como árboles y montes
Y rayo de luna y sol y flores,
Es que Él quiere que yo lo conozca
como árboles y montes y flores y rayo de luna y sol.
Y por eso yo lo obedezco
(¿Qué más sé yo de Dios, que Dios de sí mismo?),
Le obedezco viviendo, espontáneamente,
Como quien abre los ojos y ve,
Y le llamo rayo de luna y sol y flores y árboles y montes,
Y lo amo sin pensar en Él
Y lo pienso viendo y oyendo,
Y ando con Él a toda hora.
"Es necesario hacer un mundo nuevo. Un mundo donde quepan muchos mundos, donde quepan todos los mundos"
jueves, 31 de octubre de 2013
viernes, 25 de octubre de 2013
Melancolía
La historia de la melancolía
nos incluye a todos.
Me retuerzo entre las sábanas sucias
mientras fijo mi mirada
en las paredes azules
y nada.
Me he acostumbrado tanto a la melancolía
que
la saludo como a una vieja
amiga.
Ahora tendré 15 minutos de aflicción
por la pelirroja que se fue,
se lo diré a los dioses.
Me siento realmente mal
realmente triste
entonces me levanto
PURIFICADO
aunque no haya resuelto
nada
(...)
Hay algo mal en mí
además de la
melancolía
jueves, 26 de septiembre de 2013
Caminos del espejo
Y sobre todo mirar con inocencia. Como si no pasara nada, lo cual es cierto. Pero a ti quiero mirarte hasta que tu rostro se aleje de mi miedo como un pájaro del borde filoso de la noche. Como una niña de tiza rosada en un muro muy viejo súbitamente borrada por la lluvia. Como cuando se abre una flor y revela el corazón que no tiene. Todos los gestos de mi cuerpo y de mi voz para hacer de mí la ofrenda, el ramo que abandona el viento en el umbral. Cubre la memoria de tu cara con la máscara de la que serás y asusta a la niña que fuiste. La noche de los dos se dispersó con la niebla. Es la estación de los alimentos fríos. Y la sed, mi memoria es de la sed, yo abajo, en el fondo, en el pozo, yo bebía, recuerdo. Caer como un animal herido en el lugar que iba a ser de revelaciones. Como quien no quiere la cosa. Ninguna cosa. Boca cosida. Párpados cosidos. Me olvidé. Adentro el viento. Todo cerrado y el viento adentro. Al negro sol del silencio las palabras se doraban. Pero el silencio es cierto. Por eso escribo. Estoy sola y escribo. No, no estoy sola. Hay alguien aquí que tiembla. Aun si digo sol y luna y estrella me refiero a cosas que me suceden. ¿Y qué deseaba yo? Deseaba un silencio perfecto. Por eso hablo. La noche tiene la forma de un grito de lobo. Delicia de perderse en la imagen presentida. Yo me levanté de mi cadáver, yo fui en busca de quien soy. Peregrina de mí, he ido hacia la que duerme en un país al viento. Mi caída sin fin a mi caída sin fin en donde nadie me aguardó pues al mirar quién me aguardaba no vi otra cosa que a mí misma. Algo caía en el silencio. Mi última palabra fue yo pero me refería al alba luminosa. Flores amarillas constelan un círculo de tierra azul. El agua tiembla llena de viento. Deslumbramiento del día, pájaros amarillos en la mañana. Una mano desata tinieblas, una mano arrastra la cabellera de una ahogada que no cesa de pasar por el espejo. Volver a la memoria del cuerpo, he de volver a mis huesos en duelo, he de comprender lo que dice mi voz.
domingo, 8 de septiembre de 2013
domingo, 1 de septiembre de 2013
La levedad y el peso
La idea del eterno retorno es misteriosa y con ella Nietzsche dejó perplejos a los demás filósofos: ¡pensar que alguna vez haya de repetirse todo tal como lo hemos vivido ya, y que incluso esa repetición haya de repetirse hasta el infinito! ¿Qué quiere decir ese mito demencial? El mito del eterno retorno viene a decir, per negatio-nem, que una vida que desaparece de una vez para siempre, que no retorna, es como una sombra, carece de peso, está muerta de antemano y, si ha sido horrorosa, bella, elevada, ese horror, esa elevación o esa belleza nada significan. No es necesario que los tengamos en cuenta, igual que una guerra entre dos Estados africanos en el siglo catorce que no cambió en nada la faz de la tierra, aunque en ella murieran, en medio de indecibles padecimientos, trescientos mil negros ¿Cambia en algo la guerra entre dos Estados africanos si se repite incontables veces en un eterno retorno? Cambia: se convierte en un bloque que sobresale y perdura, y su estupidez será irreparable. Si la Revolución francesa tuviera que repetirse eternamente, la historiografía francesa estaría menos orgullosa de Robespierre. Pero dado que habla de algo que ya no volverá a ocurrir, los años sangrientos se convierten en meras palabras, en teorías, en discusiones, se vuelven más ligeros que una pluma, no dan miedo. Hay una diferencia infinita entre el Robespierre que apareció sólo una vez en la historia y un Robespierre que volviera eternamente a cortarle la cabeza a los franceses. Digamos, por tanto, que la idea del eterno retorno significa cierta perspectiva desde la cual las cosas aparecen de un modo distinto ha como las conocemos: aparecen sin la circunstancia atenuante de su fugacidad. Esta circunstancia atenuante es la que nos impide pronunciar condena alguna. ¿Cómo es posible condenar algo fugaz? El crepúsculo de la desaparición lo baña todo con la magia de la nostalgia; todo, incluida la guillotina. No hace mucho me sorprendí a mí mismo con una sensación increíble: estaba hojeando un libro sobre Hitler y al ver algunas de las fotografías me emocioné: me habían recordado el tiempo de mi infancia; la viví durante la guerra; algunos de mis parientes murieron en los campos de concentración de Hitler; ¿pero qué era su muerte en comparación con el hecho de que las fotografías de Hitler me habían recordado un tiempo pasado de mi vida, un tiempo que no volverá? Esta reconciliación con Hitler demuestra la profunda perversión moral que va unida a un mundo basado esencialmente en la inexistencia del retorno, porque en ese mundo todo está perdonado de antemano y, por tanto, todo cínicamente permitido.
sábado, 24 de agosto de 2013
jueves, 22 de agosto de 2013
miércoles, 21 de agosto de 2013
Después
Y ahora se inicia la pequeña vida del sobreviviente de la catástrofe del amor: Hola, perros pequeños, hola, vagabundos, hola, autobuses y transeúntes. Soy una niña de pecho acabo de nacer del terrible parto del amor. Ya no amo. Ahora puedo ejercer en el mundo inscribirme en él soy una pieza más del engranaje.
Ya no estoy loca.
Ya no estoy loca.
martes, 20 de agosto de 2013
Distancia justa
En el amor, y en el boxeo
todo es cuestión de distancia
Si te acercas demasiado me excito
me asusto
me obnubilo digo tonterías
me echo a temblar
pero si estás lejos
sufro entristezco
me desvelo
y escribo poemas.
viernes, 16 de agosto de 2013
La burbuja de jabón
Quisiera soplar
la más grande burbuja de jabón,
meterme en ella ,
emprender el viaje,
un viaje de ensueño
que me lleve hasta ti,
pasar por las ilusiones
anhelos, deseos
ir conducido por la esperanza
de que me estés esperando,
ir sumido en el silencio,
esperando por ti,
esperando el milagro
de verte sonreír,
ir con mi corazón palpitando,
a punto de salir,
de la emoción de llegar allí,
allí donde los sueños se alcanzan,
donde la esperanza encuentra
su razón de ser,
allí donde la cumbre de la fe
se toca con los dedos,
allí donde sean cumplidos
todos mis sueños...
la más grande burbuja de jabón,
meterme en ella ,
emprender el viaje,
un viaje de ensueño
que me lleve hasta ti,
pasar por las ilusiones
anhelos, deseos
ir conducido por la esperanza
de que me estés esperando,
ir sumido en el silencio,
esperando por ti,
esperando el milagro
de verte sonreír,
ir con mi corazón palpitando,
a punto de salir,
de la emoción de llegar allí,
allí donde los sueños se alcanzan,
donde la esperanza encuentra
su razón de ser,
allí donde la cumbre de la fe
se toca con los dedos,
allí donde sean cumplidos
todos mis sueños...
martes, 13 de agosto de 2013
Opiniones
Un hombre deseaba violentamente a una mujer,
a unas cuantas personas no les parecía bien,
un hombre deseaba locamente volar,
a unas cuantas personas les parecía mal,
un hombre deseaba ardientemente la Revolución
y contra la opinión de la gendarmería
trepó sobre muros secos de lo debido,
abrió el pecho y sacándose
los alrededores de su corazón,
agitaba violentamente a una mujer,
volaba locamente por el techo del mundo
y los pueblos ardían, las banderas.
lunes, 12 de agosto de 2013
El amor libre
"(...) En realidad, la noción de amor libre apunta más alto: no a la mera posibilidad de tener múltiples relaciones sexuales sino a la de amar a varias personas al mismo tiempo. Reintroduce la noción de camaradería, de compañerismo afectivo. Afirma que se puede querer bien a (querer el bien de) dos o más seres simultáneamente. Insiste en que uno siempre está amando a varios al mismo tiempo, aunque con diferentes intensidades y propósitos. Apuesta, por lo tanto, a una nueva educación sentimental. Desde luego, a una idea tan guapa se le pueden excusar sus fragilidades. Éstas se encontrarán en las bases de su misma construcción. El amor libre también se asienta sobre un acuerdo, pacto o modelo de conducta que intenta cabalgar sobre los cambiantes desplazamientos del deseo. Y es difícil llevar la rienda, manejar, calcular la polifacética naturaleza del flujo que lleva a dos o más cuerpos a unirse o apartarse con la misma inesperada e incontrolada fuerza pasional. Como lo advirtió Bataille, en el campo de Eros siempre está en juego la disolución de las formas constituidas. La fusión de los amantes, pese a sus promesas de felicidad recíproca, introduce la perturbación y el desorden, elevando la atracción a un punto tal que incluso la privación transitoria de la presencia del otro puede llegar a sentirse como una amenaza de muerte. Amar, en cierto sentido, es vivir en el temor de la posible pérdida del amado. Esto es lo que detecta Malatesta. En contra del amor libre como construcción teórica superpuesta artificialmente para reemplazar a la pareja monogámica, el texto del militante obrero y agitador italiano introduce una problematización más profunda del vínculo entre amor y libertad. Sin esperanza alguna de que un cambio radical de costumbres elimine las penas de amor, Malatesta recuerda que este sentimiento, para ser satisfecho, precisa de dos libertades que concuerden y que la reciprocidad es una ilusión desde el momento en que uno puede amar y no ser amado. Alguien se une a otro por cierta promesa implícita de que ello va a colmar sus necesidades de compañía, goce, contención. La promesa añade que esa satisfacción será (deberá ser) correspondida. Luego, el aferrarse a tales demandas convierte a unos y a otros en poseídos y posesos. Hay proporciones extremas y moderadas de apego, pero es verdaderamente raro encontrar un amor entre seres humanos que no esté atravesado por esa obsesión. Por su parte, en la Enciclopedia Anarquista de Sebastián Faure (ver el anexo “Glosario no monogámico básico”), Jean Marestan reflexiona sobre la conveniencia de que el amor se ennoblezca mediante la inteligencia y se desplace desde la pasión hacia sentimientos más dulces y duraderos: el compañerismo, la amistad, el cariño, la estima; o sea, afectos más suaves, livianos, lentos o moderados. Allí también se critica el deseo de posesión que es considerado no un mal en sí mismo sino cuando toma las proporciones extremas de la apropiación y el acaparamiento. O sea que aquí el amor no es ningún absoluto, ni una esencia universal inextinguible como lo sería un dios. Tampoco la libertad, un término relativo si los hay: siempre aparece en relación con otra cosa. Se es libre de algo o alguien. Libertad puede significar la ruptura de un mandato conyugal así como un librarse del amor entendido como atracción entre cuerpos. En este último caso, ser libre implicaría atravesar el campo del erotismo quizá para derivar hacia aquello que los cristianos llamaron agapè y los budistas karuna, más un amor-compasión que un amor-pasión, una entrega no egoísta a los otros, un don que se volcaría sobre todos los seres sin distinción. Un amor libre de atracción, posesividad, apego, propiedad. ¿Es posible? Si uno se libra del estar aferrado a una sola persona, ¿podrá sentir ese amor capaz de derramarse sobre todos sin diferenciación? ¿No es probable que termine, tarde o temprano, encadenándose a otro número limitado de objetos del deseo? Son preguntas que precisan ser encaradas si queremos entender mejor los puntos de tensión y equilibrio que presenta la conflictiva pareja de Eros y Anarquía. A no dudarlo: en estas páginas se redefine al amor como un gesto que rompe las reglas sociales y económicas. Su fuerza destructora se dirige contra el cálculo, el interés, la manipulación; es decir, contra el mundo de lo profano y lo utilitario. Éstos serían los auténticos obstáculos para una voluntad de sentir que tiende a escapar de toda reglamentación. Los anarquistas del siglo XIX proponían destruir la familia jurídica justamente para que el sentimiento sea más sólido, durable, basado en una convicción interior. Se trataba, en suma, de reconocer, sincerar los vaivenes de la vida. Esa apuesta por la verdad es lo que convierte al amor libre en un principio esencialmente moral. Sólo resta esperar que la fuerza de los argumentos expuestos en esta antología ilumine a quienes sospechan, sea por inocencia o experiencia, que ninguna forma ideal –ni siquiera la noción de amor libre– podrá colmar las expectativas de felicidad duradera (“para toda la vida”) de dos o más que se aman, así como ninguna convención, rito o regla aprobada ante testigos podrá sujetar por completo al anárquico movimiento de los corazones."
domingo, 11 de agosto de 2013
Ahuyentemos el tiempo, amor
Ahuyentemos el tiempo, amor,
que ya no exista;
esos minutos largos que desfilan pesados
cuando no estás conmigo
y estás en todas partes
sin estar pero estando.
Me dolés en el cuerpo,
me acariciás el pelo
y no estás
y estás cerca,
te siento levantarte
desde el aire llenarme
pero estoy sola, amor,
y este estarte viendo
sin que estés,
me hace sentirme a veces
como una leona herida,
me retuerzo
doy vueltas
te busco
y no estás
y estás
allí
tan cerca.
jueves, 8 de agosto de 2013
miércoles, 7 de agosto de 2013
Hija del viento
Han venido.
Invaden la sangre.
Huelen a plumas,
a carencias,
a llanto.
Pero tú alimentas al miedo
y a la soledad
como a dos animales pequeños
perdidos en el desierto.
Han venido
a incendiar la edad del sueño.
Un adiós es tu vida.
Pero tú te abrazas
como la serpiente loca de movimiento
que sólo se halla a sí misma
porque no hay nadie.
Tú lloras debajo del llanto,
tú abres el cofre de tus deseos
y eres más rica que la noche.
Pero hace tanta soledad
que las palabras se suicidan.
martes, 6 de agosto de 2013
Me dueles
Mansamente, insoportablemente, me dueles.
Toma mi cabeza. Córtame el cuello.
Nada queda de mí después de este amor.
Entre los escombros de mi alma, búscame, escúchame.
En algún sitio, mi voz sobreviviente, llama, pide tu asombro, tu iluminado silencio.
A travesando muros, atmósferas, edades, tu rostro (tu rostro que parece que fuera cierto) viene desde la muerte, desde antes del primer día que despertara al mundo.
¡Qué claridad de rostro, qué ternura de luz ensimismada,
qué dibujo de miel sobre hojas de agua!
Amo tus ojos, amo, amo tus ojos.
Soy como el hijo de tus ojos, como una gota de tus ojos soy.
Levántame. De entre tus pies levántame, recógeme,
del suelo, de la sombra que pisas, del rincón de tu cuarto que nunca ves en sueños.
Levántame. Porque he caído de tus manos y quiero vivir, vivir, vivir.
lunes, 5 de agosto de 2013
jueves, 1 de agosto de 2013
Karesansui
A veces, sólo a veces...
Retirarse no es rendirse,
ni estar en contra es agredir.
Cambiar no es hipocresía
y derrumbar no es destruir.
Estar a solas no es apartarse,
y el silencio no tener qué decir.
Quedarse quieto no es por pereza,
ni cobardía es sobrevivir.
Sumergirse no es ahogarse,
ni retrocedes para huir.
No se desciende trastabillando,
ni el cielo ganas por bien sufrir.
Y las condenas no son eternas,
ni por perdones vas a morir.
A veces, sólo a veces...
Hace falta lograr soltarse,
izar las velas, abandonarse,
dejar que fluya,
que el viento cambie,
cerrar los ojos y enmudecer.
miércoles, 31 de julio de 2013
La mala racha
Mientras dura la mala racha, pierdo todo. Se me caen las cosas de los bolsillos y de la memoria: pierdo llaves, lapiceras, dinero, documentos, nombres, caras, palabras. Yo no sé si será gualicho de alguien que me quiere mal y me piensa peor, o pura casualidad, pero a veces el bajón demora en irse y yo ando de pérdida en pérdida, pierdo lo que encuentro, no encuentro lo que busco, y siento mucho miedo de que se me caiga la vida en alguna distracción.
martes, 30 de julio de 2013
Te estoy llamando
Amor
desde la sombra
desde el dolor
amor
te estoy llamando
desde el pozo asfixiante del recuerdo
sin nada que me sirva ni te espere.
Te estoy llamando
amor
como al destino
como al sueño
a la paz
te estoy llamando
con la voz
con el cuerpo
con la vida
con todo lo que tengo
y que no tengo
con desesperación
con sed
con llanto
como si fueras aire
y yo me ahogara
como si fueras luz
y me muriera.
Desde una noche ciega
desde olvido
desde horas cerradas
en lo solo
sin lágrimas ni amor
te estoy llamando
como a la muerte
amor
como a la muerte.
lunes, 29 de julio de 2013
sábado, 27 de julio de 2013
Noche del infierno
He bebido un enorme trago de veneno. ¡Bendito tres veces el consejo que ha llegado hasta mí! Me queman las entrañas. La violencia del veneno me retuerce los miembros, me vuelve deforme, me derriba. Me muero de sed, me ahogo, no puedo gritar. ¡Es el infierno, la pena eterna! ¡Ved cómo se alza el fuego! Ardo como es debido. ¡Anda, demonio! Yo había entrevisto la conversión al bien y a la felicidad, la salvación. ¡Pero cómo describiría mi visión, si el aire del infierno no soporta los himnos! Eran millones de criaturas encantadoras, un suave concierto espiritual, la fuerza y la paz, las nobles ambiciones, ¿qué sé yo? ¡Las nobles ambiciones! ¡Y esto sigue siendo la vida! ¡Si la condenación es eterna! Un hombre que se quiere mutilar está bien condenado, ¿no es así? Yo me creo en el infierno, luego estoy en él. Esto es el catecismo realizado. Soy esclavo de mi bautismo. Padres, habéis hecho mi desgracia y la vuestra. ¡Pobre inocente! El infierno no puede atacar a los paganos. ¡Esto sigue siendo la vida! Más tarde, las delicias de la condenación serán más profundas. Un crimen, pronto, y que caiga yo en la nada, según la ley humana. ¡Pero calla, cállate! ... Aquí están la vergüenza, el reproche: Satán que dice que el fuego es innoble, que mi cólera es espantosamente estúpida. ¡Basta! ... Son errores que me susurran, magias, perfumes falsos, músicas pueriles. -Y decir que yo poseo la verdad, que veo la justicia: tengo un juicio sano y firme, estoy a punto para la perfección... Orgullo-. La piel del cráneo se me deseca. ¡Piedad! Señor, tengo miedo. ¡Tengo sed, tanta sed! Ah, la infancia, la hierba, la lluvia, el lago sobre las piedras, el claro de luna cuando en el campanario sonaban las doce... a esa hora el diablo está en el campanario. ¡María! ¡Virgen Santa!... Horror de mi estulticia. Allá lejos, ¿no hay almas honestas que me quieren bien?... Venid... Tengo una almohada sobre la boca y ellas no me oyen, son fantasmas. Además, nadie piensa nunca en los otros. Que no se me acerquen. Es seguro que huelo a chamusquina. Las alucinaciones son innumerables. Esto es de veras lo que me pasó siempre: ninguna fe en la historia, olvido de todos los principios. Me lo callaré: Poetas y visionarios se pondrían celosos. Yo soy mil veces más rico, seamos avaros como el mar. ¡Ah, es eso! El reloj de la vida se ha detenido hace un momento. Ya no estoy en el mundo. La teología es seria, el infierno está ciertamente abajo -y el cielo arriba-. Éxtasis, pesadilla, sueño en un nido de llamas. Cuántas malicias para atender los campos ... Satán, Fernando, corre con las semillas silvestres... Jesús camina sobre las zarzas purpúreas, sin doblarlas... Jesús caminaba sobre las aguas irritadas. La linterna nos lo mostró de pie, blanco y las crenchas brunas, en el flanco de una ola de esmeralda ... Voy a descorrer el velo de todos los misterios: misterios religiosos o naturales, muerte, nacimiento, porvenir, pasado, cosmogonía, nada. Yo soy maestro en fantasmagorías. ¡Escuchad! ... ¡Yo tengo todos los talentos! Aquí no hay nadie y hay, alguien: no querría derrochar mi tesoro. ¿Queréis cantos negros, danzas de huríes? ¿Queréis que desaparezca, que me hunda en busca del anillo? ¿Lo queréis? Fabricaré oro, medicamentos. Fiaos en mí, la fe consuela, guía, cura. Venid, todos, hasta los niños pequeños, para que os consuele, para que se prodigue en vosotros su corazón, ¡el corazón maravilloso! ¡Pobres hombres, trabajadores! No pido plegarias; con sólo vuestra confianza, seré feliz. Y pensemos en mí. Esto hace que añore poco el mundo. Tengo la suerte de no sufrir más. Mi vida fue sólo una serie de dulces locuras, es lamentable. ¡Bah! Hagamos todas las muecas imaginables.Decididamente, estamos fuera del mundo. No más sonido. Mi tacto desapareció. ¡Ah! mi castillo, mi Sajonia, mi bosque de sauces. Las tardes, las mañanas, las noches, los días... ¡Si estaré cansado! Yo debería tener un infierno para mi cólera, un infierno para mi orgullo, y el infierno de las caricias; un concierto de infiernos. Me muero de cansancio. Esto es la tumba, voy hacia los gusanos, ¡horror de los horrores! Satán, farsante, tú quieres disolverme con tus hechizos. Yo reclamo. ¡Yo reclamo un golpe de tridente, una gota de fuego!¡Ah, subir de nuevo a la vida! ¡Poner los ojos sobre nuestras deformidades! ¡Y ese veneno, ese beso mil veces maldito! ¡Mi flaqueza, la crueldad del mundo! ¡Dios mío, piedad, ocultadme, me siento demasiado mal! Estoy oculto y no lo estoy. Es el fuego que se alza con su condenado.
viernes, 26 de julio de 2013
jueves, 25 de julio de 2013
La pequeña muerte
No nos da risa el amor cuando llega a lo más hondo de su viaje, a lo más alto de su vuelo: en lo más hondo, en lo más alto, nos arranca gemidos y quejidos, voces de dolor, aunque sea jubiloso dolor, lo que pensándolo bien nada tiene de raro, porque nacer es una alegría que duele. Pequeña muerte, llaman en Francia a la culminación del abrazo, que rompiéndonos nos junta y perdiéndonos nos encuentra y acabándonos nos empieza. Pequeña muerte, la llaman; pero grande, muy grande ha de ser, si matándonos nos nace.
miércoles, 24 de julio de 2013
Forjando la Armadura
Me niego a someterme al miedo que me despoja de la alegría de mi libertad, que no me deja correr ningún riesgo, que me torna pequeño y mezquino, que me ata, que no me deja ser directo y franco, que me atormenta, que ocupa negativamente mi imaginación, que siempre pinta visiones sombrías. Sin embargo, no quiero levantar trincheras por miedo al miedo. Yo quiero vivir y no quiero encerrarme. No quiero ser amigable por miedo de ser sincero. Quiero pisar con firmeza porque estoy seguro y no para cubrir mi miedo. Y cuando me callo, quiero hacerlo por amor y no por temor a las consecuencias de mis palabras. No quiero creer en algo sólo por el temor de no creer. No quiero filosofar por el miedo a que algo pueda tocarme de cerca. No quiero doblegarme solo porque tengo miedo de no ser amable. No quiero imponer algo a los otros por miedo a que puedan imponerme algo a mí. Por miedo a cometer errores, no quiero tornarme inactivo. No quiero huir hacia lo viejo, lo inaceptable por temor a no sentirme seguro frente a lo nuevo. No quiero hacerme de importante, porque sino tendría miedo de ser ignorado. Por convicción y amor, quiero hacer lo que hago y dejar de hacer lo dejo de hacer. Quiero arrancar el dominio al miedo y dárselo al amor. Y quiero creer en el reino que existe en mí.
martes, 23 de julio de 2013
domingo, 21 de julio de 2013
El río
Y sí, parece que es así, que te has ido diciendo no sé qué cosa, que te ibas a tirar al Sena, algo por el estilo, una de esas frases de plena noche, mezcladas de sábana y boca pastosa, casi siempre en la oscuridad o con algo de mano o de pie rozando el cuerpo del que apenas escucha, porque hace tanto que apenas te escucho cuando dices cosas así, eso viene del otro lado de mis ojos cerrados, del sueño que otra vez me tira hacia abajo. Entonces está bien, qué me importa si te has ido, si te has ahogado o todavía andas por los muelles mirando el agua, y además no es cierto porque estás aquí dormida y respirando entrecortadamente, pero entonces no te has ido cuando te fuiste en algún momento de la noche antes de que yo me perdiera en el sueño, porque te habías ido diciendo alguna cosa, que te ibas a ahogar en el Sena, o sea que has tenido miedo, has renunciado y de golpe estás ahí casi tocándome, y te mueves ondulando como si algo trabajara suavemente en tu sueño, como si de verdad soñaras que has salido y que después de todo llegaste a los muelles y te tiraste al agua. Así una vez más, para dormir después con la cara empapada de un llanto estúpido, hasta las once de la mañana, la hora en que traen el diario con las noticias de los que se han ahogado de veras. Me das risa, pobre. Tus determinaciones trágicas, esa manera de andar golpeando las puertas como una actriz de tournées de provincia, uno se pregunta si realmente crees en tus amenazas, tus chantajes repugnantes, tus inagotables escenas patéticas untadas de lágrimas y adjetivos y recuentos. Merecerías a alguien más dotado que yo para que te diera la réplica, entonces se vería alzarse a la pareja perfecta, con el hedor exquisito del hombre y la mujer que se destrozan mirándose en los ojos para asegurarse el aplazamiento más precario, para sobrevivir todavía y volver a empezar y perseguir inagotablemente su verdad de terreno baldío y fondo de cacerola. Pero ya ves, escojo el silencio, enciendo un cigarrillo y te escucho hablar, te escucho quejarte (con razón, pero qué puedo hacerle), o lo que es todavía mejor me voy quedando dormido, arrullado casi por tus imprecaciones previsibles, con los ojos entrecerrados mezclo todavía por un rato las primeras ráfagas de los sueños con tus gestos de camisón ridículo bajo la luz de la araña que nos regalaron cuando nos casamos, y creo que al final me duermo y me llevo, te lo confieso casi con amor, la parte más aprovechable de tus movimientos y tus denuncias, el sonido restallante que te deforma los labios lívidos de cólera. Para enriquecer mis propios sueños donde jamás a nadie se le ocurre ahogarse, puedes creerme.Pero si es así me pregunto qué estás haciendo en esta cama que habías decidido abandonar por la otra más vasta y más huyente. Ahora resulta que duermes, que de cuando en cuando mueves una pierna que va cambiando el dibujo de la sábana, pareces enojada por alguna cosa, no demasiado enojada, es como un cansancio amargo, tus labios esbozan una mueca de desprecio, dejan escapar el aire entrecortadamente, lo recogen a bocanadas breves, y creo que si no estaría tan exasperado por tus falsas amenazas admitiría que eres otra vez hermosa, como si el sueño te devolviera un poco de mi lado donde el deseo es posible y hasta reconciliación o nuevo plazo, algo menos turbio que este amanecer donde empiezan a rodar los primeros carros y los gallos abominablemente desnudan su horrenda servidumbre. No sé, ya ni siquiera tiene sentido preguntar otra vez si en algún momento te habías ido, si eras tú la que golpeó la puerta al salir en el instante mismo en que yo resbalaba al olvido, y a lo mejor es por eso que prefiero tocarte, no porque dude de que estés ahí, probablemente en ningún momento te fuiste del cuarto, quizá un golpe de viento cerró la puerta, soñé que te habías ido mientras tú, creyéndome despierto, me gritabas tu amenaza desde los pies de la cama. No es por eso que te toco, en la penumbra verde del amanecer es casi dulce pasar una mano por ese hombro que se estremece y me rechaza. La sábana te cubre a medias, mis manos empiezan a bajar por el terso dibujo de tu garganta, inclinándome respiro tu aliento que huele a noche y a jarabe, no sé cómo mis brazos te han enlazado, oigo una queja mientras arqueas la cintura negándote, pero los dos conocemos demasiado ese juego para creer en él, es preciso que me abandones la boca que jadea palabras sueltas, de nada sirve que tu cuerpo amodorrado y vencido luche por evadirse, somos a tal punto una misma cosa en ese enredo de ovillo donde la lana blanca y la lana negra luchan como arañas en un bocal. De la sábana que apenas te cubría alcanzo a entrever la ráfaga instantánea que surca el aire para perderse en la sombra y ahora estamos desnudos, el amanecer nos envuelve y reconcilia en una sola materia temblorosa, pero te obstinas en luchar, encogiéndote, lanzando los brazos por sobre mi cabeza, abriendo como en un relámpago los muslos para volver a cerrar sus tenazas monstruosas que quisieran separarme de mí mismo. Tengo que dominarte lentamente (y eso, lo sabes, lo he hecho siempre con una gracia ceremonial), sin hacerte daño voy doblando los juncos de tus brazos, me ciño a tu placer de manos crispadas, de ojos enormemente abiertos, ahora tu ritmo al fin se ahonda en movimientos lentos de muaré, de profundas burbujas ascendiendo hasta mi cara, vagamente acaricio tu pelo derramado en la almohada, en la penumbra verde miro con sorpresa mi mano que chorrea, y antes de resbalar a tu lado sé que acaban de sacarte del agua, demasiado tarde, naturalmente, y que yaces sobre las piedras del muelle rodeada de zapatos y de voces, desnuda boca arriba con tu pelo empapado y tus ojos abiertos.
sábado, 20 de julio de 2013
Qué ángel te librará de la tristeza
Qué ángel te librará de la tristeza y te despertará un precioso día sin memoria de lo que te afligía y te dirá al oído: "Escucha y cesa
tus llantos. En mis brazos no te pesa la lentitud del tiempo ni la impía delación de los hombres. Eres mía, ya no eres de este vano mundo presa. Asómate a esta fúlgida ventana por tu dicha adornada. Ya el dolor se marchitó como una larga flor cuya sabiduría al fin te sana al disolverse porque se convierte en polvo, en ilusión, en otra suerte"
tus llantos. En mis brazos no te pesa la lentitud del tiempo ni la impía delación de los hombres. Eres mía, ya no eres de este vano mundo presa. Asómate a esta fúlgida ventana por tu dicha adornada. Ya el dolor se marchitó como una larga flor cuya sabiduría al fin te sana al disolverse porque se convierte en polvo, en ilusión, en otra suerte"
jueves, 18 de julio de 2013
Último intento...
Tantas veces intenté escribirte algo, algo que pudiera explicarte un poco lo que me pasó, lo que sentía, tratar de alguna manera justificar mis errores, y que así logres perdonarme. Pero nunca pude transmitírtelo, creo que algo muy adentro mío sabía que nada iba a ser cambiar tu manera de ver las cosas, nada de lo que pudiera decir o hacer haría que logres entenderme. Y por más que pase el tiempo, sigo insistiendo en buscar ese perdón, pero no como una cuestión divina, de limpiar culpas y dormir con la consciencia tranquila, sino como una manera de sentir que no estoy tan lejos de vos, que podamos volver a mirarnos a los ojos, y reconocernos como seres que alguna vez transitaron un mismo camino. Pero también sé, que la que quiere eso soy yo, y que a vos, tal vez te sea más fácil mantenerme lejos, en el olvido, en la indiferencia, y ni siquiera como una manera de venganza, sino de desamor. O tal vez, todo este pensamiento, es sólo mi manera de protegerme, de no querer saber lo que de verdad sentís o pensas, el por qué de tanto enojo, aunque en el fondo seguramente lo sé, por más de que lo intente ocultar. Y otra vez dudo si borrar o no esto, si sirve que siga insistiendo, que siga intentando acercarme a vos, en fin, que siga intentando crear una ventana en esa pared que creaste, y no te culpo por eso, trato de entenderte, seguramente no por una cuestión altruista, sino por algo meramente individual, egoísta, porque es lo que quisiera que vos hicieras conmigo. Dudo si esto será un nuevo papelito de esos intentos fallidos de escribirte algo, que solo queda en borrador, y pasa a vivir al cajón, con la esperanza de salir a la luz algún día, aunque sea para terminar en el basurero, o si la suerte lo acompaña, y logro juntar coraje, intento nuevamente que de alguna manera te lleguen esas palabras que están ahí, vomitadas en esas hojas ya amarillentas, junto a los recuerdos.
Escribo sin volver atrás, como una manera de que por lo menos esta vez no quiera crear el texto perfecto para dartelo, creo que he logrado aceptar que por más ordenadas y embellecidas que esten las palabras, nada hará que cambie tu manera de ver y sentir las cosas, ni mis errores del pasado. Y entonces vuelven esas preguntas, como aquellos discos de The Who, que nunca voy a dejar de escucharlos sin traerte a mi mente. Esas preguntas que se repiten una y otra vez, cada vez que me encuentro en el momento de apretar el botón de publicar o no…
Escribo sin volver atrás, como una manera de que por lo menos esta vez no quiera crear el texto perfecto para dartelo, creo que he logrado aceptar que por más ordenadas y embellecidas que esten las palabras, nada hará que cambie tu manera de ver y sentir las cosas, ni mis errores del pasado. Y entonces vuelven esas preguntas, como aquellos discos de The Who, que nunca voy a dejar de escucharlos sin traerte a mi mente. Esas preguntas que se repiten una y otra vez, cada vez que me encuentro en el momento de apretar el botón de publicar o no…
lunes, 15 de julio de 2013
jueves, 11 de julio de 2013
La Renga y Castaneda
Hace muchos años atrás escuchaba La Renga, sin conocer a Carlos Castaneda, ahora luego de haberme introducido en el mundo de los brujos y de la sabiduría tolteca, y habiendo podido realizar ciertos movimientos en mi punto de encaje, he logrado que mi percepción con respecto a ciertas cosas, de ésta realidad, hayan cambiado. Desde mi manera de ver la vida, la muerte, el infinito, las energías, las emanaciones del Águila, las plantas de poder, el capullo luminoso...hasta las canciones. Por eso, acá dejo dos canciones que hacen referencia a las enseñanzas que le dejó el nagual Don Juan a Castaneda.
:::Cuándo vendrán:::
Es que la muerte esta tan segura de vencer
que nos da toda una vida de ventaja.
Tu empresa líder funciona bien en el caos
inventando analgésicos para poder seguir,
cuando el mundo no tiene respuestas
o se vuelve incomprensible,
yo sigo acá, insoportablemente vivo.
Si del principio hubiera aprendido a ser un animal
hoy tendría un instinto noble a cambio de esta pena
y si la ruta me va dejando sin aliento,
sera que un buscador nunca llegará a destino.
Cuando el mundo no tiene respuesta
o se vuelve incomprensible,
recuerda que un guerrero toma todo como un desafío.
Cuando vendrán los días de sol y no tener mas esa nube en el cielo.
Cuando vendrán las noches de estrellas,
y no tener mas en mi casa ese techo.
Cuando vendrá la canción primitiva
y no tener mas sobre mi corazón, una cabeza.
:::Hablando de la libertad:::
Hice a mi cuerpo amigo del cielo y la distancia
y me fui a buscarle una verdad a mi corazón.
Algo tan grande como el cielo y las montañas
y tan pequeño como una gota de rocío.
Y ya no estuvo más conmigo mi corazón,
se fue a posar en cada una de las cosas;
y ya no estuvo más conmigo mi corazón,
se fue a fundir con la esencia y la sabia.
Y ahora sólo un camino he de caminar,
cualquier camino que tenga corazón.
Atravesando todo su largo sin aliento,
dejando atrás mil razones en el tiempo.
Y morir queriendo ser libre, encontrar mi lado salvaje,
ponerle alas a mi destino,
romper los dientes de este engranaje.
Hice un lugar en el refugio de mis sueños
y guarde ahí mi tesoro más preciado.
Donde no llega el hombre con sus jaulas
ni la maquinaria de la supervivencia.
Me fue más fácil, intentar la vida,
que venderla al intelecto y la conformidad.
Y ahora sólo un camino he de caminar,
cualquier camino que tenga corazón.
Atravesando todo su largo sin aliento
dejando atrás mil razones en el tiempo.
Morir queriendo ser libre, encontrar mi lado salvaje,
ponerle alas a mi destino,
romper los dientes de este engranaje.
miércoles, 12 de junio de 2013
Capítulo 67
Me estoy atando los zapatos, contento, silbando, y de pronto la infelicidad. Pero esta vez te pesqué, angustia, te sentí previa a cualquier organización mental, al primer juicio de negación. Como un color gris que fuera un dolor y fuera el estómago. Y casi a la par (pero después, esta vez no me engañas) se abrió paso el repertorio inteligible, con una primera idea explicatoria: «Y ahora vivir otro día, etc.» De donde se sigue: «Estoy angustiado porque… etc.» Las ideas a vela, impulsadas por el viento primordial que sopla desde abajo (pero abajo es sólo una localización física). Basta un cambio de brisa (¿pero qué es lo que la cambia de cuadrante?) y al segundo están aquí las barquitas felices, con sus velas de colores. «Después de todo no hay razón para quejarse, che», ese estilo. Me desperté y vi la luz del amanecer en las mirillas de la persiana. Salía de tan adentro de la noche que tuve como un vómito de mí mismo, el espanto de asomar a un nuevo día con su misma presentación, su indiferencia mecánica de cada vez: conciencia, sensación de luz, abrir los ojos, persiana, el alba. En ese segundo, con la omnisciencia del semisueño, medí el horror de lo que tanto maravilla y encanta a las religiones: la perfección eterna del cosmos, la revolución inacabable del globo sobre su eje. Náusea, sensación insoportable de coacción. Estoy obligado a tolerar que el sol salga todos los días. Es monstruoso. Es inhumano. Antes de volver a dormirme imaginé (vi) un universo plástico, cambiante, lleno de maravilloso azar, un cielo elástico, un sol que de pronto falta o se queda fijo o cambia de forma. Ansié la dispersión de las duras constelaciones, esa sucia propaganda luminosa del Trust Divino Relojero.
lunes, 10 de junio de 2013
domingo, 9 de junio de 2013
¿Para quién brilla el sol?
El sol brilla para todo el mundo, pero no brilla en las prisiones,
no brilla para los que trabajan en la mina,
los que descaman el pescado
los que comen carne pasada
los que fabrican horquillas para el pelo
los que soplan vacíos en botellas que otros beberán llenas
los que cortan el pan con el cuchillo
los que pasan las vacaciones en las fábricas
los que no saben lo que hay que decir
los que ordeñan las vacas y no beben la leche
los que no son anestesiados en el dentista
los que escupen sus pulmones en el metro
los que fabrican en sótanos las estilográficas con las que otros
escribirán al aire libre que todo va de perlas
los que tienen demasiado que decir para poder decirlo
los que tienen trabajo
los que no lo tienen
los que lo buscan
los que no lo buscan
los que dan de beber a los caballos
los que ven morir a su perro
los que tienen casi todas las semanas el pan de cada día
los que en invierno se calientan en las iglesias
los que son enviados por el sacristán a calentarse fuera
los que se estancan
los que querrían comer para vivir
los que viajan entre las ruedas
los que miran correr el Sena
los que son contratados, despedidos, ascendidos, rebajados,
manipulados, registrados, apaleados
los que son fichados
los que son llamados fuera de filas y fusilados al azar
los que deben desfilar frente al Arco
los que no saben comportarse en ninguna parte
los que nunca vieron el mar
los que huelen a lino porque trabajan el lino
los que no tienen agua corriente
los que son destinados al "azul horizonte"
los que arrojan sal en la nieve a cambio de un jornal irrisorio
los que envejecen más aprisa que los otros
los que nunca se agacharon para recoger un alfiler
los que se mueren de aburrimiento en las tardes de domingo
porque ven llegar el lunes
y el martes, y el miércoles, y el jueves, y el viernes
y el sábado
y la tarde del domingo.
viernes, 31 de mayo de 2013
Los portadores de sueños
En todas las profecías
está escrita la destrucción del mundo.
Todas las profecías cuentan
que el hombre creará su propia destrucción.
Pero los siglos y la vida
que siempre se renueva
engendraron también una generación
de amadores y soñadores;
hombres y mujeres que no soñaron
con la destrucción del mundo,
sino con la construcción del mundo
de las mariposas y los ruiseñores.
Desde pequeños venían marcados por el amor.
detrás de su apariencia cotidiana
guardaban la ternura y el sol de medianoche.
Las madres los encontraban llorando
por un pájaro muerto
y más tarde también los encontraron a muchos
muertos como pájaros.
Estos seres cohabitaron con mujeres traslúcidas
y las dejaron preñadas de miel y de hijos verdecidos
por un invierno de caricias.
Así fue como proliferaron en el mundo los portadores sueños,
atacados ferozmente por los portadores de profecías
habladoras de catástrofes.
Los llamaron ilusos, románticos, pensadores de utopías
dijeron que sus palabras eran viejas
y, en efecto, lo eran porque la memoria del paraíso
es antigua al corazón del hombre.
Los acumuladores de riquezas les temían
lanzaban sus ejércitos contra ellos,
pero los portadores de sueños todas las noches
hacían el amor
y seguía brotando su semilla del vientre de ellas
que no sólo portaban sueños sino que los
multiplicaban y los hacían correr y hablar.
De esta forma el mundo engendró de nuevo su vida
como también había engendrado
a los que inventaron la manera
de apagar el sol.
Los portadores de sueños sobrevivieron a los
climas gélidos pero en los climas cálidos casi parecían brotar por
generación espontánea.
Quizá las palmeras, los cielos azules, las lluvias
torrenciales tuvieron algo que ver con esto,
la verdad es que como laboriosas hormiguitas
estos especímenes no dejaban de soñar y de construir
hermosos mundos,
mundos de hermanos, de hombres y mujeres que se
llamaban compañeros,
que se enseñaban unos a otros a leer, se consolaban
en las muertes,
se curaban y cuidaban entre ellos, se querían, se
ayudaban en el
arte de querer y en la defensa de la felicidad.
Eran felices en su mundo de azúcar y de viento,
de todas partes venían a impregnarse de su aliento,
de sus claras miradas,
hacia todas partes salían los que habían conocido
portando sueños soñando con profecías nuevas
que hablaban de tiempos de mariposas y ruiseñores
y de que el mundo no tendría que terminar en la
hecatombe.
Por el contrario, los científicos diseñarían
puentes, jardines, juguetes sorprendentes
para hacer más gozosa la felicidad del hombre.
Son peligrosos - imprimían las grandes rotativas
Son peligrosos - decían los presidentes en sus discursos
Son peligrosos - murmuraban los artífices de la guerra.
Hay que destruirlos - imprimían las grandes rotativas
Hay que destruirlos - decían los presidentes en sus discursos
Hay que destruirlos - murmuraban los artífices de la guerra.
Los portadores de sueños conocían su poder
por eso no se extrañaban
también sabían que la vida los había engendrado
para protegerse de la muerte que anuncian las
profecías y por eso defendían su vida aun con la muerte.
Por eso cultivaban jardines de sueños
y los exportaban con grandes lazos de colores.
Los profetas de la oscuridad se pasaban noches y días enteros
vigilando los pasajes y los caminos
buscando estos peligrosos cargamentos
que nunca lograban atrapar
porque el que no tiene ojos para soñar
no ve los sueños ni de día, ni de noche.
Y en el mundo se ha desatado un gran tráfico de
sueños que no pueden detener los traficantes de la muerte;
por doquier hay paquetes con grandes lazos
que sólo esta nueva raza de hombres puede ver
la semilla de estos sueños no se puede detectar
porque va envuelta en rojos corazones
en amplios vestidos de maternidad
donde piesecitos soñadores alborotan los vientres
que los albergan.
Dicen que la tierra después de parirlos
desencadenó un cielo de arcoiris
y sopló de fecundidad las raíces de los árboles.
Nosotros sólo sabemos que los hemos visto
sabemos que la vida los engendró
para protegerse de la muerte que anuncian las
profecías.
está escrita la destrucción del mundo.
Todas las profecías cuentan
que el hombre creará su propia destrucción.
Pero los siglos y la vida
que siempre se renueva
engendraron también una generación
de amadores y soñadores;
hombres y mujeres que no soñaron
con la destrucción del mundo,
sino con la construcción del mundo
de las mariposas y los ruiseñores.
Desde pequeños venían marcados por el amor.
detrás de su apariencia cotidiana
guardaban la ternura y el sol de medianoche.
Las madres los encontraban llorando
por un pájaro muerto
y más tarde también los encontraron a muchos
muertos como pájaros.
Estos seres cohabitaron con mujeres traslúcidas
y las dejaron preñadas de miel y de hijos verdecidos
por un invierno de caricias.
Así fue como proliferaron en el mundo los portadores sueños,
atacados ferozmente por los portadores de profecías
habladoras de catástrofes.
Los llamaron ilusos, románticos, pensadores de utopías
dijeron que sus palabras eran viejas
y, en efecto, lo eran porque la memoria del paraíso
es antigua al corazón del hombre.
Los acumuladores de riquezas les temían
lanzaban sus ejércitos contra ellos,
pero los portadores de sueños todas las noches
hacían el amor
y seguía brotando su semilla del vientre de ellas
que no sólo portaban sueños sino que los
multiplicaban y los hacían correr y hablar.
De esta forma el mundo engendró de nuevo su vida
como también había engendrado
a los que inventaron la manera
de apagar el sol.
Los portadores de sueños sobrevivieron a los
climas gélidos pero en los climas cálidos casi parecían brotar por
generación espontánea.
Quizá las palmeras, los cielos azules, las lluvias
torrenciales tuvieron algo que ver con esto,
la verdad es que como laboriosas hormiguitas
estos especímenes no dejaban de soñar y de construir
hermosos mundos,
mundos de hermanos, de hombres y mujeres que se
llamaban compañeros,
que se enseñaban unos a otros a leer, se consolaban
en las muertes,
se curaban y cuidaban entre ellos, se querían, se
ayudaban en el
arte de querer y en la defensa de la felicidad.
Eran felices en su mundo de azúcar y de viento,
de todas partes venían a impregnarse de su aliento,
de sus claras miradas,
hacia todas partes salían los que habían conocido
portando sueños soñando con profecías nuevas
que hablaban de tiempos de mariposas y ruiseñores
y de que el mundo no tendría que terminar en la
hecatombe.
Por el contrario, los científicos diseñarían
puentes, jardines, juguetes sorprendentes
para hacer más gozosa la felicidad del hombre.
Son peligrosos - imprimían las grandes rotativas
Son peligrosos - decían los presidentes en sus discursos
Son peligrosos - murmuraban los artífices de la guerra.
Hay que destruirlos - imprimían las grandes rotativas
Hay que destruirlos - decían los presidentes en sus discursos
Hay que destruirlos - murmuraban los artífices de la guerra.
Los portadores de sueños conocían su poder
por eso no se extrañaban
también sabían que la vida los había engendrado
para protegerse de la muerte que anuncian las
profecías y por eso defendían su vida aun con la muerte.
Por eso cultivaban jardines de sueños
y los exportaban con grandes lazos de colores.
Los profetas de la oscuridad se pasaban noches y días enteros
vigilando los pasajes y los caminos
buscando estos peligrosos cargamentos
que nunca lograban atrapar
porque el que no tiene ojos para soñar
no ve los sueños ni de día, ni de noche.
Y en el mundo se ha desatado un gran tráfico de
sueños que no pueden detener los traficantes de la muerte;
por doquier hay paquetes con grandes lazos
que sólo esta nueva raza de hombres puede ver
la semilla de estos sueños no se puede detectar
porque va envuelta en rojos corazones
en amplios vestidos de maternidad
donde piesecitos soñadores alborotan los vientres
que los albergan.
Dicen que la tierra después de parirlos
desencadenó un cielo de arcoiris
y sopló de fecundidad las raíces de los árboles.
Nosotros sólo sabemos que los hemos visto
sabemos que la vida los engendró
para protegerse de la muerte que anuncian las
profecías.
miércoles, 22 de mayo de 2013
Esta nostalgia
Este sueño que vivo,
esta nostalgia con nombre y apellido,
este huracán encerrado tambaleando mis huesos,
lamentando su paso por mi sangre.
No puedo abandonar el tiempo y sus rincones,
el valle de mis días
está lleno de sombras innombrables,
voy a la soledad como alma en pena,
desacatada de todas las razones,
heroína de batallas perdidas,
de cántaros sin agua.
Me hundo en el cuerpo,
me desangro en las venas,
me bato contra el viento,
contra la piel que untada está a la mía.
Qué haré con mi castillo de fantasmas,
las estrellas fugaces que me cercan
mientras el sol deslumbra
y no puedo mirar más que su disco
-redondo y amarillo-
la estela de su oro lamiéndome las manos,
surcándome las noches,
desviviéndome,
haciéndome desastres.
Me entregaré a los huracanes
para pasar de lejos por esa luz ardiendo.
Estoy muriéndome de frío.
lunes, 20 de mayo de 2013
Definición
Podríamos tener una discusión sobre el amor.
Yo te diría que amo la curiosa manera
en que tu cuerpo y mi cuerpo se conocen,
exploradores que renuevan
el más antiguo acto del conocimiento.
Diría que amo tu piel y que mi piel te ama,
que amo la escondida torre
que de repente se alza desafiante
y tiembla dentro de mí
buscando la mujer que anida
en lo más profundo de mi interior de hembra.
Diría también que amo tus ojos
que son limpios y que también me penetran
con vaho de ternura o de preguntas.
Diría que amo tu voz
sobre todo cuando decís poemas,
pero también cuando sonás serio,
tan preocupado por entender
este mundo tan ancho y tan ajeno.
Diría que amo encontrarte
y sentir dentro de mí
una mariposa presa
aleteándome en el estómago
y muchas ganas de reírme
de la pura alegría de que existía y estás,
de saber que te gustan las nubes
y el aire frío de los bosques de Matagalpa.
Podríamos discutir si es serio
esto que te digo.
Si es una quemadura leve, de segundo,
tercer o primer grado.
Si hay o no que ponerle nombre a las cosas.
Yo sólo una simple frase afirmo
Te amo
Yo te diría que amo la curiosa manera
en que tu cuerpo y mi cuerpo se conocen,
exploradores que renuevan
el más antiguo acto del conocimiento.
Diría que amo tu piel y que mi piel te ama,
que amo la escondida torre
que de repente se alza desafiante
y tiembla dentro de mí
buscando la mujer que anida
en lo más profundo de mi interior de hembra.
Diría también que amo tus ojos
que son limpios y que también me penetran
con vaho de ternura o de preguntas.
Diría que amo tu voz
sobre todo cuando decís poemas,
pero también cuando sonás serio,
tan preocupado por entender
este mundo tan ancho y tan ajeno.
Diría que amo encontrarte
y sentir dentro de mí
una mariposa presa
aleteándome en el estómago
y muchas ganas de reírme
de la pura alegría de que existía y estás,
de saber que te gustan las nubes
y el aire frío de los bosques de Matagalpa.
Podríamos discutir si es serio
esto que te digo.
Si es una quemadura leve, de segundo,
tercer o primer grado.
Si hay o no que ponerle nombre a las cosas.
Yo sólo una simple frase afirmo
Te amo
domingo, 19 de mayo de 2013
Siempre
Cansada del estruendo mágico de las vocales
Cansada de inquirir con los ojos elevados
Cansada de la espera del yo de paso
Cansada de aquel amor que no sucedió
Cansada de mis pies que sólo saben caminar
Cansada de la insidiosa fuga de preguntas
Cansada de dormir y de no poder mirarme
Cansada de abrir la boca y beber el viento
Cansada de sostener las mismas vísceras
Cansada del mar indiferente a mis angustias
¡Cansada de Dios! ¡Cansada de Dios!
Cansada por fin de las muertes de turno
a la espera de la hermana mayor
la otra la gran muerte
dulce morada para tanto cansancio.
viernes, 17 de mayo de 2013
Obituario con hurras
A jorge rafael videla (quien no merece ni las mayúsculas)
"Los canallas viven mucho, pero a veces se mueren"
Vamos a festejarlo
Vengan todos
Los inocentes
los damnificados
los que gritan de noche
los que sueñan de día
los que sufren el cuerpo
los que alojan fantasmas
los que pisan descalzos
los que blasfeman y arden
los pobres congelados
los que quieren a alguien
los que nunca se olvidan
Vamos a festejarlo
Vengan todos
el canalla se ha muerto
se acabó el alma negra
El ladrón
El cochino
se acabó para siempre
hurra que vengan todos
Vamos a festejarlo
a no decir
La muerte
Siempre lo borra todo
Todo lo purifica
Cualquier día
La muerte no borra nada
Quedan Siempre las cicatrices
Hurra
murió el cretino
Vamos a festejarlo
a no llorar de vicio
que lloren sus iguales
y se traguen sus lágrimas
se acabó el monstruo prócer
se acabó para siempre
Vamos a festejarlo
a no ponernos tibios
a no creer que éste es un muerto cualquiera
Vamos a festejarlo
a no volvernos flojos
a no olvidar que éste
es un muerto de mierda.
Los inocentes
los damnificados
los que gritan de noche
los que sueñan de día
los que sufren el cuerpo
los que alojan fantasmas
los que pisan descalzos
los que blasfeman y arden
los pobres congelados
los que quieren a alguien
los que nunca se olvidan
Vamos a festejarlo
Vengan todos
el canalla se ha muerto
se acabó el alma negra
El ladrón
El cochino
se acabó para siempre
hurra que vengan todos
Vamos a festejarlo
a no decir
La muerte
Siempre lo borra todo
Todo lo purifica
Cualquier día
La muerte no borra nada
Quedan Siempre las cicatrices
Hurra
murió el cretino
Vamos a festejarlo
a no llorar de vicio
que lloren sus iguales
y se traguen sus lágrimas
se acabó el monstruo prócer
se acabó para siempre
Vamos a festejarlo
a no ponernos tibios
a no creer que éste es un muerto cualquiera
Vamos a festejarlo
a no volvernos flojos
a no olvidar que éste
es un muerto de mierda.
jueves, 16 de mayo de 2013
¿De qué me sirve ahora?
De qué me sirven los nombres sin direcciones ni teléfonos,
de qué me sirven las sábanas compartidas sólo de noche,
de qué me sirven los vasos de cerveza abandonados,
de qué me sirven las palabras llenas de vacíos,
de qué me sirven los recuerdos sin memoria,
de qué me sirven las compañías pasajeras,
de qué me sirven las muecas sin sonrisas,
de qué me sirven las manos sin caricias,
de qué me sirven los ojos sin miradas,
de qué me sirve ahora tanta libertad,
si he caído presa de tanta soledad.
viernes, 10 de mayo de 2013
Historia de tu ausencia
Si ahora digo amor tal vez no diga
que la ausencia me mira del fondo de tus ojos,
que aquí estuvimos juntos, que fue hermoso
y que el sol conocía tu perfil de memoria.
Tal vez sea imposible que alguien sepa lo claro,
la luz que fue llevarte de la mano pequeña
como a un tallo mecido por un viento de música
hacia los territorios donde aguarda el silencio.
Y ya que estás distante,
qué pensarán los árboles
qué dirán las canciones,
cómo verá la noche mi soledad de río;
dónde pondrán su ronda los niños de la tarde,
adónde irán los pájaros sin tu risa y mi silbo
y la calle tan sola con sus puertas inútiles
y las sombras sin besos
y los perros perdidos;
ahora que la ausencia me interrumpe la boca,
ahora que me esperas tan allá de los niños.
Se nos ha muerto el año.
Yo le veo el invierno
hecho de un sólo frío,
de un solo tajo solo
a la mitad de agosto,
de una dura distancia...larga, definitiva.
Porque de pronto sobran los barcos,
los andenes
y de pronto este rumbo ya no tiene sentido
como si nadie fuera hacia ninguna parte
o alguien hubiera muerto a mitad de camino.
Alguien.
Mi voz. Tu pelo. Las cosas que no dije.
La flor de tu vestido.
Se nos ha muerto el año donde dejé tu nombre
para que recobrara su condición de estío.
Ya no sé,
nunca entiendo estas precarias sílabas,
cosas que no recuerdo de pronto me dominan:
¿te dije que tenías la piel como de humo?
¿que de estarme en tus ojos me conozco el origen?
¿te he enseñado el misterio de los árboles solos?
¿sabes ya que tus manos son dos siestas dormidas?
No sé,
nunca recuerdo tanta distancia,
tanta canción que no he cantado cuando anduvimos juntos.
Me dolería mucho no haberte dicho todo
lo que llevo en la boca casi como otra risa.
miércoles, 8 de mayo de 2013
El peor analfabeto
El peor analfabeto es el analfabeto político. El no oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. El no sabe que el costo de vida, el precio del poroto, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de decisiones políticas. El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales.
viernes, 3 de mayo de 2013
Ya he probado las prisas
Ya he probado las prisas
el sexo exprés y los amores precipitados
la abolición de los preliminares
los ombligos pasajeros
los te quiero a primera vista
los cuerpos fugaces
las bodas en las vegas
las cremalleras atropelladas
me enamore de desconocidas
y las desquise a contrarreloj.
Ya no quiero eso.
Necesito un amor a fuego lento.
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