jueves, 31 de octubre de 2013

No creo en Dios

No creo en Dios porque nunca lo vi.
Si Él quisiera que yo creyera en Él,
Sin duda que vendría a hablar conmigo
Y entraría adentro por mi puerta
Diciéndome, ¡Aquí estoy!
(Esto es tal vez ridículo a los oídos
De quien, por no saber lo que es mirar las cosas,
No comprende a quien habla de ellas
Con el modo de hablar que reparar en ellas enseña)
Pero si Dios es las flores y los árboles
Y los montes y sol y el rayo de luna.
Entonces creo en Él,
Entonces creo en Él a toda hora,
Y mi vida toda es una oración y una misa,
Y una comunión con los ojos y por los oídos.
Pero si Dios es los árboles y las flores
Y los montes y el rayo de luna y el sol,
¿Para qué le llamo Dios?
Le llamo flores y árboles y montes y sol y rayo de luna;
Porque si Él se hizo, para que yo lo vea,
Sol y rayo de luna y flores y árboles y montes,
Si Él se me aparece como árboles y montes
Y rayo de luna y sol y flores,
Es que Él quiere que yo lo conozca
como árboles y montes y flores y rayo de luna y sol.
Y por eso yo lo obedezco
(¿Qué más sé yo de Dios, que Dios de sí mismo?),
Le obedezco viviendo, espontáneamente,
Como quien abre los ojos y ve,
Y le llamo rayo de luna y sol y flores y árboles y montes,
Y lo amo sin pensar en Él
Y lo pienso viendo y oyendo,
Y ando con Él a toda hora.

viernes, 25 de octubre de 2013

Melancolía

La historia de la melancolía
nos incluye a todos.
Me retuerzo entre las sábanas sucias
mientras fijo mi mirada
en las paredes azules
y nada. 
Me he acostumbrado tanto a la melancolía
que 
la saludo como a una vieja
amiga. 
Ahora tendré 15 minutos de aflicción
por la pelirroja que se fue,
se lo diré a los dioses.
Me siento realmente mal
realmente triste 
entonces me levanto
PURIFICADO 
aunque no haya resuelto
nada 
(...) 
Hay algo mal en mí 
además de la 
melancolía