jueves, 22 de agosto de 2013

Incertidumbre

A      
        dónde
van          
    los 
amores              
      que
jamás           
                 pudieron
ser       

miércoles, 21 de agosto de 2013

Después

Y ahora se inicia la pequeña vida del sobreviviente de la catástrofe del amor: Hola, perros pequeños, hola, vagabundos, hola, autobuses y transeúntes. Soy una niña de pecho acabo de nacer del terrible parto del amor. Ya no amo. Ahora puedo ejercer en el mundo inscribirme en él soy una pieza más del engranaje. 
Ya no estoy loca.

martes, 20 de agosto de 2013

Distancia justa

En el amor, y en el boxeo
todo es cuestión de distancia
Si te acercas demasiado me excito
me asusto
me obnubilo digo tonterías
me echo a temblar
pero si estás lejos
sufro entristezco
me desvelo
y escribo poemas.

viernes, 16 de agosto de 2013

La burbuja de jabón

Quisiera soplar
la más grande burbuja de jabón,
meterme en ella ,
emprender el viaje,
un viaje de ensueño
que me lleve hasta ti,
pasar por las ilusiones
anhelos, deseos
ir conducido por la esperanza
de que me estés esperando,
ir sumido en el silencio,
esperando por ti,
esperando el milagro
de verte sonreír,
ir con mi corazón palpitando,
a punto de salir,
de la emoción de llegar allí,
allí donde los sueños se alcanzan,
donde la esperanza encuentra
su razón de ser,
allí donde la cumbre de la fe
se toca con los dedos,
allí donde sean cumplidos
todos mis sueños...

martes, 13 de agosto de 2013

Opiniones

Un hombre deseaba violentamente a una mujer, 
a unas cuantas personas no les parecía bien,
un hombre deseaba locamente volar,
a unas cuantas personas les parecía mal, 
un hombre deseaba ardientemente la Revolución 
y contra la opinión de la gendarmería 
trepó sobre muros secos de lo debido, 
abrió el pecho y sacándose 
los alrededores de su corazón, 
agitaba violentamente a una mujer, 
volaba locamente por el techo del mundo
y los pueblos ardían, las banderas.

lunes, 12 de agosto de 2013

El amor libre

"(...) En realidad, la noción de amor libre apunta más alto: no a la mera posibilidad de tener múltiples relaciones sexuales sino a la de amar a varias personas al mismo tiempo. Reintroduce la noción de camaradería, de compañerismo afectivo. Afirma que se puede querer bien a (querer el bien de) dos o más seres simultáneamente. Insiste en que uno siempre está amando a varios al mismo tiempo, aunque con diferentes intensidades y propósitos. Apuesta, por lo tanto, a una nueva educación sentimental. Desde luego, a una idea tan guapa se le pueden excusar sus fragilidades. Éstas se encontrarán en las bases de su misma construcción. El amor libre también se asienta sobre un acuerdo, pacto o modelo de conducta que intenta cabalgar sobre los cambiantes desplazamientos del deseo. Y es difícil llevar la rienda, manejar, calcular la polifacética naturaleza del flujo que lleva a dos o más cuerpos a unirse o apartarse con la misma inesperada e incontrolada fuerza pasional. Como lo advirtió Bataille, en el campo de Eros siempre está en juego la disolución de las formas constituidas. La fusión de los amantes, pese a sus promesas de felicidad recíproca, introduce la perturbación y el desorden, elevando la atracción a un punto tal que incluso la privación transitoria de la presencia del otro puede llegar a sentirse como una amenaza de muerte. Amar, en cierto sentido, es vivir en el temor de la posible pérdida del amado. Esto es lo que detecta Malatesta. En contra del amor libre como construcción teórica superpuesta artificialmente para reemplazar a la pareja monogámica, el texto del militante obrero y agitador italiano introduce una problematización más profunda del vínculo entre amor y libertad. Sin esperanza alguna de que un cambio radical de costumbres elimine las penas de amor, Malatesta recuerda que este sentimiento, para ser satisfecho, precisa de dos libertades que concuerden y que la reciprocidad es una ilusión desde el momento en que uno puede amar y no ser amado. Alguien se une a otro por cierta promesa implícita de que ello va a colmar sus necesidades de compañía, goce, contención. La promesa añade que esa satisfacción será (deberá ser) correspondida. Luego, el aferrarse a tales demandas convierte a unos y a otros en poseídos y posesos. Hay proporciones extremas y moderadas de apego, pero es verdaderamente raro encontrar un amor entre seres humanos que no esté atravesado por esa obsesión. Por su parte, en la Enciclopedia Anarquista de Sebastián Faure (ver el anexo “Glosario no monogámico básico”), Jean Marestan reflexiona sobre la conveniencia de que el amor se ennoblezca mediante la inteligencia y se desplace desde la pasión hacia sentimientos más dulces y duraderos: el compañerismo, la amistad, el cariño, la estima; o sea, afectos más suaves, livianos, lentos o moderados. Allí también se critica el deseo de posesión que es considerado no un mal en sí mismo sino cuando toma las proporciones extremas de la apropiación y el acaparamiento. O sea que aquí el amor no es ningún absoluto, ni una esencia universal inextinguible como lo sería un dios. Tampoco la libertad, un término relativo si los hay: siempre aparece en relación con otra cosa. Se es libre de algo o alguien. Libertad puede significar la ruptura de un mandato conyugal así como un librarse del amor entendido como atracción entre cuerpos. En este último caso, ser libre implicaría atravesar el campo del erotismo quizá para derivar hacia aquello que los cristianos llamaron agapè y los budistas karuna, más un amor-compasión que un amor-pasión, una entrega no egoísta a los otros, un don que se volcaría sobre todos los seres sin distinción. Un amor libre de atracción, posesividad, apego, propiedad. ¿Es posible? Si uno se libra del estar aferrado a una sola persona, ¿podrá sentir ese amor capaz de derramarse sobre todos sin diferenciación? ¿No es probable que termine, tarde o temprano, encadenándose a otro número limitado de objetos del deseo? Son preguntas que precisan ser encaradas si queremos entender mejor los puntos de tensión y equilibrio que presenta la conflictiva pareja de Eros y Anarquía. A no dudarlo: en estas páginas se redefine al amor como un gesto que rompe las reglas sociales y económicas. Su fuerza destructora se dirige contra el cálculo, el interés, la manipulación; es decir, contra el mundo de lo profano y lo utilitario. Éstos serían los auténticos obstáculos para una voluntad de sentir que tiende a escapar de toda reglamentación. Los anarquistas del siglo XIX proponían destruir la familia jurídica justamente para que el sentimiento sea más sólido, durable, basado en una convicción interior. Se trataba, en suma, de reconocer, sincerar los vaivenes de la vida. Esa apuesta por la verdad es lo que convierte al amor libre en un principio esencialmente moral. Sólo resta esperar que la fuerza de los argumentos expuestos en esta antología ilumine a quienes sospechan, sea por inocencia o experiencia, que ninguna forma ideal –ni siquiera la noción de amor libre– podrá colmar las expectativas de felicidad duradera (“para toda la vida”) de dos o más que se aman, así como ninguna convención, rito o regla aprobada ante testigos podrá sujetar por completo al anárquico movimiento de los corazones."

domingo, 11 de agosto de 2013

Ahuyentemos el tiempo, amor

Ahuyentemos el tiempo, amor,
que ya no exista;
esos minutos largos que desfilan pesados
cuando no estás conmigo
y estás en todas partes
sin estar pero estando.
Me dolés en el cuerpo,
me acariciás el pelo
y no estás
y estás cerca,
te siento levantarte
desde el aire llenarme
pero estoy sola, amor,
y este estarte viendo
sin que estés,
me hace sentirme a veces
como una leona herida,
me retuerzo
doy vueltas
te busco
y no estás
y estás
allí
tan cerca.

miércoles, 7 de agosto de 2013

Hija del viento

Han venido.
Invaden la sangre.
Huelen a plumas, 
a carencias, 
a llanto. 
Pero tú alimentas al miedo 
y a la soledad 
como a dos animales pequeños 
perdidos en el desierto. 
Han venido 
a incendiar la edad del sueño. 
Un adiós es tu vida. 
Pero tú te abrazas 
como la serpiente loca de movimiento 
que sólo se halla a sí misma 
porque no hay nadie. 
Tú lloras debajo del llanto, 
tú abres el cofre de tus deseos 
y eres más rica que la noche. 
Pero hace tanta soledad 
que las palabras se suicidan.

martes, 6 de agosto de 2013

Me dueles

Mansamente, insoportablemente, me dueles.
Toma mi cabeza. Córtame el cuello.
Nada queda de mí después de este amor.
Entre los escombros de mi alma, búscame, escúchame.
En algún sitio, mi voz sobreviviente, llama, pide tu asombro, tu iluminado silencio.
A travesando muros, atmósferas, edades, tu rostro (tu rostro que parece que fuera cierto) viene desde la muerte, desde antes del primer día que despertara al mundo.
¡Qué claridad de rostro, qué ternura de luz ensimismada,
qué dibujo de miel sobre hojas de agua!
Amo tus ojos, amo, amo tus ojos.
Soy como el hijo de tus ojos, como una gota de tus ojos soy.
Levántame. De entre tus pies levántame, recógeme,
del suelo, de la sombra que pisas, del rincón de tu cuarto que nunca ves en sueños.
Levántame. Porque he caído de tus manos y quiero vivir, vivir, vivir.

jueves, 1 de agosto de 2013

Karesansui

A veces, sólo a veces... 
Retirarse no es rendirse, 
ni estar en contra es agredir. 
Cambiar no es hipocresía 
y derrumbar no es destruir. 
Estar a solas no es apartarse, 
y el silencio no tener qué decir. 
Quedarse quieto no es por pereza, 
ni cobardía es sobrevivir. 
Sumergirse no es ahogarse, 
ni retrocedes para huir. 
No se desciende trastabillando, 
ni el cielo ganas por bien sufrir. 
Y las condenas no son eternas, 
ni por perdones vas a morir. 
A veces, sólo a veces... 
Hace falta lograr soltarse, 
izar las velas, abandonarse, 
dejar que fluya, 
que el viento cambie, 
cerrar los ojos y enmudecer.