Interesante apreciación, la de encontrar la distancia adecuada para vivir el amor, desde un punto equilibrado. Mas el amor nos hace perder la razón, y con ella la posibilidad de reconocer la distancia apropiada para entregarnos o retirarnos. Me ha recordado a un poema mío, aunque de corte distinto:
Pequeña Distancia
¿Por qué no vienes con tu piel?, a deslizarte por estos poros, que ansían mil y un besos sonoros, provenientes de tus labios de miel.
Unos metros de lejanía estrechada, pueden fabricar un vasto desierto, en el que no encuentro concierto, para una mirada revelada.
Es tu envoltura coraza, una sumisión impenetrable, donde no hay nada de deleznable, donde se funda y refunda tu raza.
Seremos ajenos a las sonrisas, porque ni siquiera nos miramos, siendo entretanto las divisas: lo que no decimos o callamos.
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Interesante apreciación, la de encontrar la distancia adecuada para vivir el amor, desde un punto equilibrado. Mas el amor nos hace perder la razón, y con ella la posibilidad de reconocer la distancia apropiada para entregarnos o retirarnos.
Me ha recordado a un poema mío, aunque de corte distinto:
Pequeña Distancia
¿Por qué no vienes con tu piel?,
a deslizarte por estos poros,
que ansían mil y un besos sonoros,
provenientes de tus labios de miel.
Unos metros de lejanía estrechada,
pueden fabricar un vasto desierto,
en el que no encuentro concierto,
para una mirada revelada.
Es tu envoltura coraza,
una sumisión impenetrable,
donde no hay nada de deleznable,
donde se funda y refunda tu raza.
Seremos ajenos a las sonrisas,
porque ni siquiera nos miramos,
siendo entretanto las divisas:
lo que no decimos o callamos.
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