jueves, 10 de julio de 2014

Te quiero en invierno, y tal vez en primavera

Hacía tiempo que la nostalgia de los amores incompletos no impregnaba mi alma de una manera tan abrupta y desgarradora, como la picadura de una avispa que deja su aguijón clavado en la piel, antes de siquiera poder percibirla. De la misma manera, la angustia invade mi cuerpo, haciéndome olvidar el momento exacto en el que comenzó la desgracia, o el instante preciso en el que me enamoré de vos. Cómo si la respuesta a ello, pudiera volver el tiempo atrás y evitar que ésto pasara, o cómo si sirviera de bálsamo para el dolor que me causa amarte, o que me ames. ¿Pero desde cuándo el amor se convirtió en una carga? Tal vez, desde ese momento en que creí jugarme la vida, dejando mi corazón desnudo bajo el cielo oscuro de tu amor. Ese amor cobarde que se encargó de desahuciar dulcemente una parte de mi, aquella que no sabía de miedos, ni de pausas, que podía saltar al vacío sin mirar hacia abajo. Y ya ves, aquí estoy nuevamente intentando racionalizar los sentimientos, dejando salir esa coraza que te pide a gritos que no me quieras, "por favor, no me quieras", como aquella puta enamorada del poeta, que lo invita a volar y luego lo deja caer, y ¿será porque sabe que su manera de amar lastima, o porque impide así, la posibilidad de que él la abandone en pleno vuelo? Todavía no lo sé, pero es esa misma neurosis, la que hace que mi corazón salte de un deseo a otro, buscando siempre quedar insatisfecho, y dejando más de una víctima de este vaivén. Y otra vez aparecen las victimas y los victimarios, los fuertes y los débiles, los que aman y los que dejan que los amen, y también, las dudas, las culpas, los planes de huir, las excusas para alejarte, cómo si pudiera evitar, de alguna manera, que no salgamos heridos, y cómo si tenerte en mi corazón, no fuera ya una herida. Esa herida que me recuerda que estoy viva, en cada mirada, en cada caricia, en cada beso, en cada acto de amor. 

2 comentarios:

Unknown dijo...

Gracias por volver a compartirte. Te quiero brujis!

Jota Pé Shinzato dijo...

Qué lindo texto :)
"El enemigo peor, ese gran saboteador, siempre será uno mismo y ese miedo a estar mejor" CSJ.
Me dio esa sensación.
Saludos.