martes, 21 de diciembre de 2010

Los reflejos infieles



Me moldeó muchas caras esta sumisa piel, adherida en secreto a la palpitación de lo invisible lo mismo que una gasa que de pronto revela figuras emboscadas en la vaga sustancia de los sueños. Caras como resúmenes de nubes para expresar la intraducible travesía; mapas insuficientes y confusos donde se hunden los cielos y emergen los abismos. Unas fueron tan leves que se desgarraron entre los dientes de una sola noche. Otras se abrieron paso a través de la escarcha, como proas de fuego. Algunas perduraron talladas por el heroico amor en la memoria del espejo; algunas se disolvieron entre rotos cristales con las primeras nieves. Mis caras sucesivas en los escaparates veloces de una historia sin paz y sin costumbres: un muestrario de nieblas, de terror, de intemperies. Mis caras más inmóviles surgiendo entre las aguas de un ágata sin fondo que presagia la muerte, solamente la muerte, apenas el reverso de una sombra estampada en el hueco de la separación. Ningún signo especial en estas caras que tapizan la ausencia. Pero a través de todas, como la mancha de ácido que traspasa en el álbum los ambiguos retratos, se inscribió la señal de una misma condena: mi vana tentativa por reflejar la cara que se sustrae y que me excede. El obstinado error frente al modelo.

sábado, 11 de diciembre de 2010

Amor de Dragón

Cuando los dragones se aman se desatan los maremotos, los volcanes lanzan un fuego endemoniado y los huracanes largan una furia que hace pensar que ha llegado el fin del mundo. Por eso a veces, para amarse sin molestar a nadie, vuelan hasta el cielo más alto, donde las estrellas casi están al alcance de la mano. Y los dragones creen que el mundo queda en calma. Pero se equivocan. Entonces caen rayos y centellas, el cielo parece desplomarse con truenos aterradores, las estrellas fugaces y los cometas de largas colas luminosas corren de un lado para el otro sembrando el pavor, y los tornados enfurecidos se tragan medio mundo. O la luna o el sol parecen borrarse lentamente en el cielo y todos dicen que hay un eclipse, dando minuciosas explicaciones de cómo la Tierra se coloca entre el sol y la luna o la luna delante del sol y etcétera etcétera. Vanas explicaciones. Las dicen los que nunca miran bien. Si mirasen bien verían claramente la figura de dos dragones que se aman y que van tapando la luz de los astros según se acerquen o se alejen.Cada vez que alguien piense que está llegando el fin del mundo sólo tiene que abrir los ojos de mirar bien. Los ojos grandes de mirar lejos. Y no creer en tonteras. Pero eso no es nada fácil.

"Llorar a lágrima viva"

sábado, 4 de diciembre de 2010

La eñe también es gente

La culpa es de los gnomos que nunca quisieron ser ñomos. Culpa tienen la nieve, la niebla, los nietos, los atenienses, el unicornio. Todos evasores de la eñe. ¡Señoras, señores, compañeros, amados niños! ¡No nos dejemos arrebatar la eñe! Ya nos han birlado los signos de apertura de interrogación y admiración. Ya nos redujeron hasta la apócope. Ya nos han traducido el pochoclo. Y como éramos pocos, la abuelita informática ha parido un monstruoso # en lugar de la eñe con su gracioso peluquín, el ~. ¿Quieren decirme qué haremos con nuestros sueños? ¿Entre la fauna en peligro de extinción figuran los ñandúes y los ñacurutuces? ¿En los pagos de Añatuya cómo cantarán Añoranzas? ¿A qué pobre barrigón fajaremos al ñudo? ¿Qué será del Año Nuevo, el tiempo de ñaupa, aquel tapado de armiño y la ñata contra el vidrio? ¿Y cómo graficaremos la más dulce consonante de la lengua guaraní? "La ortografía también es gente", escribió Fernando Pessoa. Y, como la gente, sufre variadas discriminaciones. Hay signos y signos, unos blancos, altos y de ojos azules, como la W o la K. Otros, pobres morochos de Hispanoamérica, como la letrita segunda, la eñe, jamás considerada por los monóculos británicos, que está en peligro de pasar al bando de los desocupados después de rendir tantos servicios y no ser precisamente una letra ñoqui. A barrerla, a borrarla, a sustituirla, dicen los perezosos manipuladores de las maquinitas, sólo porque la ñ da un poco de trabajo. Pereza ideológica, hubiéramos dicho en la década del setenta. Una letra española es un defecto más de los hispanos, esa raza impura formateada y escaneada también por pereza y comodidad. Nada de hondureños, salvadoreños, caribeños, panameños. ¡Impronunciables nativos! Sigamos siendo dueños de algo que nos pertenece, esa letra con caperuza, algo muy pequeño, pero menos ñoño de lo que parece. Algo importante, algo gente, algo alma y lengua, algo no descartable, algo propio y compartido porque así nos canta. No faltará quien ofrezca soluciones absurdas: escribir con nuestro inolvidable César Bruto, compinche del maestro Oski. Ninios, suenios, otonio. Fantasía inexplicable que ya fue y preferimos no reanudar, salvo que la Madre Patria retroceda y vuelva a llamarse Hispania. La supervivencia de esta letra nos atañe, sin distinción de sexos, credos ni programas de software. Luchemos para no añadir más leña a la hoguera dónde se debate nuestro discriminado signo.
Letra es sinónimo de carácter. ¡Avisémoslo al mundo entero por Internet! La eñe también es gente.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Epitafio

E. E. M. 19 de octubre de 1925 / 8 de noviembre de 2010


Aquí yace, acostado, el almirante
que murió hace justo una semana.
El que mató a quien se le dio la gana
está acá, con los pies para adelante.
Aquí yace un asesino, caminante,
que hizo y deshizo con la soberana
bendición de la espada y la sotana.
Insúltalo, si no lo hiciste antes.
Aquí yace Massera, el genocida
con apellido que fue marca de helados
y sombreros. La puteada consabida
y este amargo epitafio demorado
se lo dejamos, grabado de por vida
y de por muerte: no hemos olvidado.

martes, 9 de noviembre de 2010

El mundo


Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo. A la vuelta contó. Dijo que había contemplado desde arriba, la vida humana.Y dijo que somos un mar de fueguitos. -El mundo es eso -reveló- un montón de gente, un marde fueguitos. Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tanta pasión que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca se enciende.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Semilla en la tierra

Duele, la vida como un puñal hay veces que duele, y nada tiene que ver con tu boca que hecha para besar, hay veces que muerde, que anuncia cordura y a veces se vuelve loca, y duele porque la piel no es materia inerte, y duele porque el querer es dolerse a veces.
Tiembla, la vida como con miedo, hay veces que tiembla, y nada tiene que ver con el aire, que mueve tu ropa en noches de luna escueta, que aprieta, suelta, y evoca, y me enloquece, y tiembla por los latidos que tu provocas, y también porque el querer es temblar a veces, y cada uno en su camino va cantando, espantando, sus penas, y cada cual en su destino va llenando de soles sus venas, y yo aquí sigo en mi trinchera corazón, tirando piedras contra la última frontera, la que separa el mar del cielo, del color de tus maneras, la que me lleva a la guerra, a ser semilla en la Tierra, y no me pidas tanto corazón que tengo poco aire en el pulmón, lo que tengo es un castillo en el cielo, si viene la guadaña a mi rincón, enjuágame la frente en tu sudor y le das un beso a todos si me muero, y le das un beso a todos si me muero.
Ríe, la vida como un volcán, hay veces que ríe, y nada tiene que ver con el tiempo, se ríe porque para ellas somos tan leves, como el humo azul que del pudor se desprende, y ríe porque tu llanto se lo merece, y también porque el querer es reírse a veces.
Vive, la vida por compasión hay veces que vive, y nada tiene que ver con la muerte, y cuando llegue ese instante déjame verte, que no hay mayor libertad que tenerte en frente, y que nadie sea absuelto por no quererse, y vive porque el querer es vivir con creces, y cada uno en su camino va cantando, espantando sus penas, y cada cual en su destino, va llenando de soles sus venas, y yo aquí sigo en mi trinchera corazón, tirando piedras, contra la última frontera, la que separa el mar del cielo, del color de tus maneras, la que me lleva a la guerra, a ser semilla en la Tierra, y no me pidas tanto corazón que tengo poco aire en el pulmón, lo que tengo es un castillo en el cielo, si viene la guadaña a mi rincón, enjuágate la frente en tu sudor, y le das un beso a todos si me muero, y si todo es semilla no me dolerá la astilla que sangran de mi costado tus andares de chiquilla, y no me digas nada déjame a mi en mi ventana con los pies del otro lado, yo me fumo mis mañanas.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Curso intensivo de incomunicación

(del capítulo Pedagogía de la soledad)

"La guerra es la continuación de la televisión por otros medios, diría Karl von Clausewitz, si el general resucitara, un siglo y medio después, y se pusiera a practicar el zapping. La realidad real imita la realidad virtual que imita la realidad real, en un mundo que transpira violencia por todos los poros. La violencia engendra violencia, como se sabe; pero también engendra ganancias para la industria de la violencia, que la vende como espectáculo y la convierte en objeto de consumo
Ya no es necesario que los fines justifiquen los medios. Ahora, los medios, los medios masivos de comunicación, justifican los fines de un sistema de poder que impone sus valores en escala plantearía. El Ministerio de Educación del gobierno mundial está en pocas manos. Nunca tantos habían sido incomunicados por tan pocos (...). Los mass-media de difusión universal han puesto por las nubes el precio de la libertad de expresión: cada vez son más los opinados, los que tienen el derecho de escuchar, y cada vez son menos los opinadores, los que tienen el derecho de hacerse escuchar (...). Como dice el periodista argentino Ezequiel Fernandez Moores, a propósito de la información “Estamos informados de todo, pero no nos enteramos de nada”. (...) La cultura se está reduciendo al entretenimiento, y el entretenimiento se convierte en brillante negocio universal; la vida se está reduciendo al espectáculo, y el espectáculo se convierte en fuente de poder económico y político; la información se está reduciendo a la publicidad, y la publicidad manda.(...)"

http://www.scribd.com/doc/15878516/Eduardo-Galeano-Curso-intensivo-de-incomunicacion

miércoles, 27 de octubre de 2010

Las caras

Las caras de los hombres que en mi vida he encontrado me persiguen y viven adentro de mi espíritu. Las caras de los hombres que he encontrado en mi vida me miran y me abruman.
Podría dibujarlas pero nunca me atrevo. Algunas tienen cuerpos y llevan en las manos anillos y collares, flores de terciopelo, algunas son mansiones, son jardines, son ríos, algunas son un viaje, una playa, un desierto. Algunas son de mármol, algunas son fenicias, algunas son romanas, griegas y perniciosas con los rasgos borrados. Algunas tienen penas, muchas penas algunas, y largas cabelleras que lloran en el viento. Algunas son horribles, casi siempre me advierten que un peligro me acecha. Algunas tienen horas marcadas en los ojos y son como clepsidras, me despiertan de noche. Algunas me quisieron y movieron los labios para decir mi nombre. Algunas no entendieron nunca lo que les dije ni supieron por qué las miré largamente. Algunas son anónimas llevan frutas y fuentes, manos de terracota, como las estaciones. Algunas se arrodillan, buscan algo en la tierra. Algunas como pájaros siempre estiran el cuello. Algunas se inclinaron y escribieron sus nombres sobre mi corazón sin que yo lo advirtiera. Algunas fueron mías, algunas se alejaron y perdieron su sexo, su virtud y su candor; fueron como la imagen del infierno en el mundo que tratamos, en vano, de olvidar. Algunas fueron deidades que no olvidaré nunca.

domingo, 10 de octubre de 2010

Carta de despedida del Che a sus hijos

A mis hijos

Queridos Hildita, Aleidita, Camilo, Celia y Ernesto:
Si alguna vez tienen que leer esta carta, será porque yo no esté entre Uds.
Casi no se acordarán de mi y los más chiquitos no recordarán nada.
Su padre ha sido un hombre que actúa como piensa y, seguro, ha sido leal a sus convicciones.
Crezcan como buenos revolucionarios. Estudien mucho para poder dominar la técnica que permite dominar la naturaleza. Acuérdense que la revolución es lo importante y que cada uno de nosotros, solo, no vale nada. Sobre todo, sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda de un revolucionario.
Hasta siempre hijitos, espero verlos todavía. Un beso grandote y un gran abrazo de

Papá

martes, 28 de septiembre de 2010

Cinco últimos poemas para Cris


I
Ahora escribo pájaros. No los veo venir, no los elijo, de golpe están ahí, son esto, una bandada de palabras posándose una a una en los alambres de la página, chirriando, picoteando, lluvia de alas y yo sin pan que darles,solamente dejándolos venir. Tal vez sea eso un árbol o tal vez el amor.
II
Anoche te soñé sacerdotisa de Sekhmet, la diosa leontocéfala. Ella desnuda en pórfido, tú tersa piel desnuda. ¿Qué ofrenda le tendías a la deidad salvaje que miraba a través de tu mirada un horizonte eterno e implacable? La taza de tus manos contenía la libación secreta, lágrimas o tu sangre menstrual, o tu saliva. En todo caso no era semen y mi sueño sabía que la ofrenda sería rechazada con un lento rugido desdeñoso tal como desde siempre lo habías esperado. Después, quizá, ya no lo sé, las garras en tus senos, colmándote.
III
Nunca sabré por qué tu lengua entró en mi boca cuando nos despedimos en tu hotel después de un amistoso recorrer la ciudad y un ajuste preciso de distancias. Creí por un momento que me dabas una cita futura, que abrías una tierra de nadie, un interregno donde alcanzar tu minucioso musgo. Circundada de amigas me besaste, yo la excepción, el monstruo, y tú la transgresora murmurante. Vaya a saber a quién besabas, de quién te despedías. Fui el vicario feliz de un solo instante, el que a veces encuentra en su saliva un breve gusto a madre selva bajo cielos australes.
IV
Quisiera ser Tiresias esta noche y en una lenta espera boca abajo recibirte y gemir bajo tus látigos y tus tibias medusas. Sabiendo que es la hora de la metamorfosis recurrente, y que al bajar al vórtice de espumaste abrirías llorando, dulcemente empalada. Para volver despuésa tu imperioso reino de falanges, al cerco de tu piel, tus pulpos húmedos, hasta arrastrarnos juntos
y alcanzar abrazados las arenas del sueño. Pero no soy Tiresias, tan sólo el unicornio que busca el agua de tus manos y encuentra entre los belfos un puñado de sal.
V
No te voy a cansar con más poemas. Digamos que te dije nubes, tijeras, barriletes, lápices, y acaso alguna vez te sonreíste.

sábado, 18 de septiembre de 2010

Pena de Dragón

Larga y negra es la pena de un dragón. Nunca se sabe de dónde le viene la pena, pero cuando llega, el mundo se oscurece y todos creen que hubo un eclipse, de repente el sol queda tapado y los pájaros dejan de cantar. Porque el tamaño de la pena de un dragón es igual al tamaño del sol, y la pena vuela y se instala justo allí, en ese lugar donde estaba la luz. Entonces los pájaros dejan de cantar y se esconden en sus nidos, las flores se cierran suavemente, confundidas, y las hormigas se van a la cueva más honda, con un desasosiego que las hace chocar unas contra otras equivocando su camino. Nadie puede saber cuándo les llega la pena a los dragones. Ellos tampoco. Simplemente, en algún momento, los invade una sensación de estar equivocados, de estar en un lugar que no es su lugar. Entonces los cubre la pena, como una sombra larga, amarga, y su enorme corazón de dragón hace un ruido de ríos que desbordan, de vientos de furia que pasan arrasando los árboles y desgastando las montañas. Mucho tiempo dura la pena de un dragón. Por lo menos a ellos les parece un tiempo muy largo y muy lento. Pero no debe ser cierto. Si fuera cierto el mundo se terminaría, porque no puede estar cien años en la oscuridad. Porque ése es el tiempo que creen los dragones que les dura la pena. Tal vez no sea sino un pequeño rato del tamaño de un suspiro, pero ellos sienten que una pena tan enorme tiene que durar un tiempo tan enorme. Los dragones, que saben muchas cosas, no tienen una medida exacta del tiempo de afuera y del tiempo de adentro de su corazón.

viernes, 10 de septiembre de 2010

co-razones

Porque tengo más deudas con su espalda de las que nadie tendrá jamás con la luna (y mira que hay tontos enamorados en este mundo).

jueves, 22 de julio de 2010

Otro rumbo


Amé constante a los que no me amaron y les di la verdad cuando mintieron. Mientras unos temblando me besaron, rogó mi beso a los que no quisieron. Siempre busqué a los que jamás me hallaron. Mi voz llamó a los que jamás me oyeron. Y los que resignados me esperaron, nunca en mi copa de placer bebieron. Hoy, una voz abscóndita, reclama mi voluptuoso corazón de llama, que limpio ardió como la brasa al viento. Allá me voy. Torciendo mi camino avanzo al horizonte de platino, desnuda hasta del propio pensamiento.